Mi mundo era gris, era como esos días nublado en la cual la lluvia no cesa, ni da tregua alguna; recorriendo caminos llenos de espinas, kilómetros y mas kilómetros, con un dolor tan inmenso e insoportable que seguramente ningún humano es capaz de soportarlo, al menos que tenga el suficiente valor, voluntad y fe de seguir avanzando sabiendo que quizás sea infinito o tenga un destino fatal, sin importar lo que sea, yo seguí confiando en mi mismo, hasta que un día en el camino tan estrecho y espinado encontré una hermosa rosa lleno de vida, observaba como se iluminaba con el resplandor del sol; en ese momento sentí como un rayo de luz atravesaba mis pupilas y mi corazón latía fuertemente, sentí una sensación inexplicable, y sí algo había cambiado dentro de mi.
To be continued...!